martes, 6 de marzo de 2012

En el campo laboral, el país enfrenta problemas derivados de la falta de fuentes de empleo, bajo nivel salarial y baja calificación de la fuerza de trabajo, entre otros, contribuyendo así al crecimiento de la población bajo la línea de pobreza. En la actualidad esta situación se ha agudizado por problemas tales como: el congelamiento de plazas en el sector público; cierre de operaciones de varias empresas; solicitud de permisos de cierre temporal de 17 empresas ya que se ha producido una reducción de la demanda a raíz de la recesión de Estados Unidos; falta de recursos para producir y para comprar.

Otro elemento que habrá que agregar a los detonantes de la pobreza es la actividad política, válida en los procesos democráticos pero que, además de que se ha vuelto permanente pese a que provoca un derroche de capital monetario y humano, se ha desviado de los intereses nacionales de crecimiento y desarrollo, de seguridad ciudadana y de participación equitativa. Esto explica el estilo de gobierno sin un proyecto de país, el cual está haciendo mucha falta para orientar los sectores productivos, potenciando los recursos naturales, monetarios y humanos hacia un desarrollo económico sostenido reflejado en mayores estadios de bienestar y desarrollo humano de la población. Como resultado se dirigen los destinos del país con una visión cortoplacista, lo que da lugar a que en cada período de gobierno se produzca una ruptura para empezar nuevos programas o proyectos con nuevos estilos y metas, es decir sin visualizar un horizonte de crecimiento y desarrollo a mediano y largo plazo.

EFECTOS DE LA POBREZA EN LA FAMILIA, INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Sin lugar a dudas, el flagelo de la pobreza tiene repercusiones importantes sobre la familia y sobre los grupos más vulnerables como son los niños, los adolescentes y las mujeres. Se considera que no es posible ni conveniente, hacer un análisis de estos efectos aislando cada uno de los niveles en estudio ya que todos interactúan, puesto que los niños y adolescentes son parte de la familia y ésta a su vez está constituida por aquellos. Sin embargo, aunque los efectos de la pobreza impactan a los tres niveles, se identifican en lo posible las particularidades de esos impactos en cada uno de ellos.

La pobreza generalizada, no debe ser vista con indiferencia por los tomadores de decisiones a nivel gubernamental y de los organismos de cooperación internacional, ya que las consecuencias son múltiples y a medida que se postergan las acciones para contrarrestarla, la descomposición social alcanza niveles alarmantes e incontrolables. Los efectos más comunes de la pobreza en la familia, infancia y adolescencia son: problemas de salud; ausentismo, repitencia y deserción escolar; trabajo infantil; presiones por aumentos salariales; niños y niñas en situación de calle; emigración rural-urbana e internacional; jefatura de hogar femenina; déficit de vivienda por cantidad y calidad; hacinamiento; mayor vulnerabilidad a los fenómenos naturales; delincuencia juvenil; violencia pública y doméstica; explotación sexual y económica de los niños/as y adolescentes; consumo de drogas y alcohol; exclusión; resentimiento social; polarización y lucha de clases. En este caso, se hizo una revisión de los impactos más relevantes y obvios, por tanto, los que presentan quizás mayor factibilidad y mayor urgencia de encontrar respuestas oportunas y adecuadas.

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